Si el Peronismo no maniobra a tiempo, termina como el radicalismo
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Si el Peronismo no maniobra a tiempo, termina como el radicalismo

Decisiones desacertadas, fracasos electorales e internas calientes en busca de cargos son el combo explosivo de un PJ que no comprende el contexto social y se aleja de la realidad.

📅 23/11/2025

✍️ Por Johan Talarico

Sin vueltas, de frente y con la verdad de cara al sol. En la última década, quedó demostrado que el Peronismo no se preocupó ni un poco sobre la consolidación definitiva de un proyecto colectivo que tenga como objetivo la reconstrucción política, económica y social de una Argentina castigada por la desocupación, caída de la industria y niveles alarmantes de la pobreza. Se convirtió, por diferentes motivos y determinados contextos y circunstancias que no supo leer ni interpretar, en un simple partido burgués/electoral, dentro del cual conviven y confrontan de modo constante cuadros políticos que sólo buscan cargos y no intentan ni siquiera un momento poner sobre la mesa planes y grandes ideas que revivan la verdadera e histórica causa del movimiento en sí, con independencia económica, justicia social y soberanía política (salvo Guillermo Moreno, con el plan económico que confeccionaron en su espacio “Principios y Valores”, ninguno llevó a cabo alguna acción cargada de profundidad y que despierte la llama del fuego peronista). ¿Quién se hace cargo de la elección en soledad de Alberto Fernández en abril de 2019 para las presidenciales? ¿Martín Guzmán comprendía los hilos del poder productivo y financiero del país en aquel entonces? ¿Por qué Massa dio el paso al frente como Ministro de Economía en 2022 sin ser economista? ¿Cuál es el propósito por el cual compitió en 2023 frente a Javier Milei? ¿Hubo consenso para que él se subiera a esa contienda? Todos errores, todos desaciertos, pifias estratégicas producto de la falta de visión a futuro (que, en definitiva, es lo que debe tener la política) y los fuertes personalismos que enarbolaron la bandera de “ganar como sea y después vemos”. El Peronismo, dado que su historia así lo establece, fue simple y concreto en ese aspecto: para las elecciones, un frente electoral. Para gobernar, la doctrina. Hoy, el PJ, con sus bases y mandamientos a cuestas, se encuentra en un dilema difícil de resolver. La autocrítica y análisis, tanto local como internacional, serán clave para un espacio doctrinario que hoy se encuentra sin brújula, golpeado por los últimos resultados electorales y en permanente estado de ebullición. El plano global, en principio, parece favorable, con Estados Unidos (experto en la protección de su propia industria y, por ende, trabajo) y Rusia como ordenadores, León XIV y la continuidad del legado de Francisco, las puertas siempre abiertas de Europa y el rol cada vez más protagónico y central de China. En síntesis, si el Peronismo maniobra a tiempo, significaría un importante punto de inflexión y comenzaría, por qué no, la reconstrucción. Si no lo hace, y bueno: tiene el ejemplo del radicalismo y la Convención de Gualeguaychú, en marzo de 2015. En fin. A buen entendedor, pocas palabras.

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